sábado, 20 de marzo de 2010

Recuerdos y madrugadas

Muchos son los recuerdos que vienen a mi mente cuando pienso en las madrugadas. Ha habido madrugadas en que he caminado por calles solitarias, sintiendo en la cara ese frío que hace entre las 3 y las 5 de la mañana. Ha habido madrugadas en mi vida, en que con unas copas, entre amigos o familiares hemos amanecido cantando pesimamente desde canciones de Juan Gabriel y José José, hasta las rancheras, norteñas y hasta las de banda. Ha habido madrugadas que pase viajando, de un país a otro, o de una ciudad a otra. Pero hubo madrugadas y fueron las mas lindas, esas en que estaba entre tus brazos, oyendo tu respirar, viendote dormir, sintiendo la calidez de tu cuerpo, escuchando el tic- tac del reloj, o mirando la pantallita roja del radio-reloj despertador, la ventana entreabierta, la cortina mecida por el viento, tu perfume en mi almohada, tu cuerpo arropado por mis brazos y tu despertar, para momentaneamente tocar el cielo. Hoy, mis madrugadas son de soledad, frías, silenciosas, sin cortinas que se muevan al viento, sin lo tibio de tu persona, sin tu perfume.