jueves, 25 de febrero de 2010

Lagrimas que no son mias

Muchas veces me pregunté si la vida que llevaba era la correcta. La gente que me conoce debe estar harta de esta pregunta, yo mismo, a veces creo que ya fué suficiente estar lamentando errores del pasado. Pero, no puedo evitar pensar en todas esas lagrimas derramadas, esas lagrimas que no eran mias, pero si provocadas por mi. ¿Que queda hoy en día por rescatar de todo eso?, pues nada. Hoy debería pensar más en el hoy, no en el ayer, ni mucho menos en el mañana. Alguna vez escuche decir: "Quieres hacer reir a Dios?", entonces haz planes. Yo no soy 100% religioso, ni creyente, me aferro a una fé que en realidad no se de donde nace, de qué se alimenta ni por qué permanece. Pero no debo desviarme de la idea original. Las lagrimas que no eran mias, eran tuyas, porque no fuí lo que creíste que sería o porque no cambié, ni me hice al modo que tu querias, necesitabas o exigias. Sé que en algún momento lloraste por mi, tal vez varias veces, tal vez muchas veces. Perdóname, nunca fué, ha sido, ni será mi intención herirte. Ojalá donde estas, encuentres lo que necesitas para ser feliz, para que haya valido la pena todo lo que has hecho.

martes, 23 de febrero de 2010

Una secreta esperanza

Vive en mi una secreta esperanza. Mezcla de optimismo con desesperanza, esa esperanza se alimenta de mis temores y mis ilusiones. Creo en mi capacidad de hacerte volver, pero al mismo tiempo me da miedo que vuelvas y que no seas quien yo espero, como le paso a Penélope, que seas una extraña. De hecho has cambiado tanto, te desconozco muchas veces y creo que nuca mas volverás a ser la misma. Yo tampoco soy el mismo, me he vuelto pasivo, hasta cobarde, creo.

martes, 9 de febrero de 2010

Un público desconsuelo

Así es, siento un público desconsuelo. Mi vida se ha ido convirtiendo en una marea que a ratos parece calma y a ratos está embravecida. Calma, pienso, pero no puedo evitar sentir coraje, impotencia, rabia y al final: un público desconsuelo. "Te ves como enfermo" me han comentado y yo no se qué contestar, porque finalmente sí estoy enfermo o en proceso de enfermarme. Las calles desiertas, la noche tan fría, la cama tan sola y mi alma casi rota. Me siento deprimido, triste, pienso y trato de razonar pero al final me doy cuenta que todo lo he generado yo mismo y... acaso lo merezco. Dar vuelta a la página, sería lo mas sencillo, pero también sería la acción más cobarde creo yo. Basta con saber que allá donde estás, vives contenta, cumples con tus objetivos y se ven cristalizados tus sueños. Mientras yo aquí, luzco un público desconsuelo. Quién va a leer esto, todos, nadie, alguien. De todas maneras seguiré escribiendo, aunque sea del interés mio y nada más.